En su vida neoyorquina, Rocío Crusset no olvida los huevos con patatas ni los aires de ese sur impregnado en su acento. “El sur me ha dado mis raíces: mis recuerdos, mi cultura y mis tradiciones”, confiesa. Desde hace tres años vive en otro sur, el de Manhattan: “Nueva York me ha aportado energía y ganas; me ha empujado a salir de mi zona de confort; y me ha enseñado que no hay límites. Es una ciudad dura, pero también muy acogedora” afirma la modelo, descubierta por un cazatalentos en Brasil durante una edición del festival Rock in Rio. Hoy trabaja en grandes campañas para DKNY, Diane Von Fustemberg, Ralph Lauren o Bobbi Brown, y acaba de protagonizar la de Laura Mercier, fotografiada por Richard Burbridge.
De su madre, la televisiva Mariló Monteno, confiesa haber aprendido la constancia, y de Carlos Herrera, una leyenda de la radio, ha comprendido que nada llega gratis. Rocío eligió el apellido francés de su abuela materna, Crusset, buscando proyección internacional. “Fuera de España trabajo con mucha frecuencia, y es donde he tenido mis triunfos profesionales, desvinculados a mi nombre”.
Lleva un tatuaje en la nuca, una brújula, y parece que le ayuda a orientarse porque es rápida, franca. Sabe que su carrera como modelo es corta, por ello, tras estudiar Administración de Empresas, continúa formándose en la prestigiosa escuela de moda Parsons. Crusset se declara fiel lectora de Ana María Matute. Echa de menos las vistas de Doñana: “He crecido mirando ese horizonte y es el único que me tranquiliza y me hace volver a mis raíces”.
Hija de periodistas, ¿huyó del oficio? ¿Nunca le interesó?
Si no hubiera sido modelo y se me hubiera presentado la oportunidad de hacer algún pinito periodístico, lo habría hecho. La cámara se me da bien; el micrófono todo lo contrario. Mis padres me han enseñado el valor del esfuerzo. A mi padre le escucho todas las mañanas, y si no puedo me pongo los podcast. Tengo a mis referentes en casa.
¿Qué modelo de mujer le inspira?
Me inspira la mujer independiente, trabajadora, ya sea en casa o fuera de ella. La que decide por sí misma y no mira por encima del hombro. La amable y generosa.
¿Cómo descubrió la moda?
Me gusta desde muy pequeña. No tengo un primer recuerdo grabado, pero sí me acuerdo que recortaba páginas de editoriales de moda y las pegaba en la puerta de mi armario, como inspiración para vestirme. Cuando vi por primera vez a Nieves Álvarez me quedé sin habla durante unos minutos.
¿Ser guapa a veces duele?
Va a sonar muy cliché, pero no vale de nada ser guapa si no tienes un buen fondo, si no cuidas a tus amigos, si no eres amable y buena persona. No sirve de nada. Que te digan guapa es un comentario agradable, pero no te cambia nada en la vida.
Vive una relación amorosa con el empresario veneciano Maggio Cipriani, ¿qué ha encontrado en él?
Estabilidad y tranquilidad. Y por supuesto complicidad. Es como si le conociera de toda la vida. Somos muy buenos compañeros. Nos apoyamos mutuamente, y también nos reímos mucho. Solemos reunirnos con los amigos en el club privado que él ha abierto: se ha convertido en mi lugar preferido de la ciudad.
¿Le gustan los toros?
Yo he nacido yendo a los toros, y por tanto es difícil que no me gusten, ya que son una parte muy importante de mi cultura, pero entiendo a aquellos a los que no les gustan, y los respeto.
A quienes consideran la moda como un asunto superficial, ¿qué les diría?
Que es más que eso. Cómo manejamos la moda debe cambiar. Todos debemos ser más conscientes y saber de dónde viene lo que compramos, y también reflexionar sobre cuánto compramos. Desde el otro lado deben cuidar cómo se produce y cuánto se produce. Es necesario darle una vida larga al producto, por eso insisto en que es important comprar menos y de mejor calidad, y así evitar el usar y tirar. Sin embargo, la moda es maravillosa. Hay tanto trabajo detrás de las colecciones que vemos en las pasarelas, no sólo trabajo físico también mental. Es admirable ver en directo la capacidad creativa de muchos diseñadores.
¿Ha sufrido algún tipo de acoso o abusos?
Acoso y abusos por suerte no. Pero actitudes machistas creo que las he vivido casi todos los días.
¿Qué diseñadores le interesan más?
Me gusta mucho Jonathan Anderson, tanto su marca homónima JW. Anderson como lo que está haciendo en la actualidad en Loewe. Tiene una visión muy artística. Y es muy original, muy divertido.
En Nueva York compartió piso con la modelo Marta Ortiz durante unos años en los que, asegura, disfrutaron, maduraron y lloraron… ¿En qué ha madurado?
En estos últimos años creo que todos hemos madurado a pasos agigantados. La vida no nos ha dado otra opción. Hemos vivido una pandemia, una circunstancia excepcional para lo que nadie estaba preparado. Psicológicamente también ha sido un verdadero reto. Hemos pasado por un encierro largo, muchos cambios y desgraciadamente hemos perdido a muchos seres queridos.
Sesión de portada
Fotografía: Béla Adler
Maquillaje y peluquería: Sonia Peña para Guerlain
Retoque digital: Phineas Henneman
Estilismo: Carolina Badia. Asistente de estilismo: Rocco Marvin
Localización: Estudio última parada
Artículo publicado en Magazine Lifestyle de La Vanguardia el 20 de marzo de 2022.
Comentarios