Cuando a un fotógrafo de moda, sea veterano o emergente, le propones fotografiar a Laura Ponte, su rostro se ilumina y te dice: “es garantía segura”. Laura arrasa entre los puros. Los que persiguen siempre la sublimación del gesto y no pueden olvidar la sombra de Horst o la luz de Avedon. El rostro de Laura puede alcanzar muchas notas porque su gestualidad es libre y creativa, y desatiende además los tópicos. Ponte nunca cansa. Lo ha querido dejar mil veces pero siempre la vuelven a llamar, y ella accede a colaborar en nuevos proyectos. Como en esta campaña de la nueva colección de Hoss Intropia, diseñada por Alexandra Valero.
“Es una ropa bohemia relajada, apetecible, con un punto muy cuidado de artesanía, y su nota vintage, al recuperar las aplicaciones bordados, las pinzas perfectas. Es una marca española fresca, de autor. Fue una sorpresa que me llamaran. ¡Pero si ya soy una señorita mayor!” cuenta desde su casa de Madrid. Viste un pantalón azul eléctrico y el jersey es de uno sus hijos, al que se le ha quedado pequeño. La suya es una familia de altos: su hija, Laura, mide 1,83 m. y su hijo, Luis, 1,96.
En los años noventa llegó a figurar entre las tres modelos mejor pagadas del mundo. Estuvo un par de años en la élite internacional, y desfiló para dos de los creadores más especiales: Alexandrer McQueen y Dries Van Notten, para quienes la moda es una forma de expresar la experiencia.
¿Porqué la adoran?
Tengo unos rasgos duros, pero también una mirada nostálgica: ¡nací con ojeras! Pero soy gesticulona, tengo una cara muy plástica, expresiva, y me gusta ponerme en un papel, interpretar. Además, sé imitar a una chica guapa. Ante mis primeros sesiones de fotos, me decía: “pon cara de boba, mirando a la eternidad; para eso te pagan”. Nunca me he sentido una mujer guapa.
Dice que dejó la pasarela cuando tuvo uso de razón…
Nunca me gustó; no tengo ese punto exhibicionista. Me agobiada. Y además era un desastre, de una timidez extrema –¡hasta los treinta años!–. En el fondo no sabía que hacía allí.
Hija de periodistas, Laura empezó a estudiar Ciencias Políticas, pero, después de una carrera precoz y exitosa, paró, y se tomó dos años para estudiar diseño y patronaje en la Parsons. “No buscaba el título sino aprender”. Hoy diseña trajes de novias. Lee cuatro o cinco periódicos al día: “ya sabemos como está la prensa de partidista, e intento informarme”.
¿Cómo ve la moda hoy?
Es una palabra que mete muchas cosas en el mismo nombre cortito. Por un lado, creo que tiene que haber un reparto más equitativo en el ciclo de la moda, con condiciones de trabajo favorables para todos. Y, por otra, hoy se está promoviendo una industria mucho mas ecológica, y me gusta que se hagan tejidos de reciclaje, y que tomemos conciencia del cuánta agua se necesita para producir una camiseta de algodón blanca.
¿Y en cuanto a creación, cree que se está inventado algo nuevo?
Está todo inventado, pero me encanta el trabajo de Jonathan Anderson para Loewe, está aportando sobre todo su defensa de la artesanía, el suyo es un lenguaje de progreso. La moda es una expresión de un sentimiento social, te identifica; y también es una declaración de un estado de ánimo. Cada ser humano es muy distinto , eso es es lo que nos hace individuos… Y la moda no debe ser ni inalcazable ni esterotipos, sino que debe procurar un lenguaje amplio para expresar tu identidad.
¿Cómo llevó lo de casarse con un primo del Rey, le costó aguantar la presión?
Me molestaba más el hecho de que yo fuera el motivo por el que se hablará más: me sentía culpable de generar atención. Vivimos alguna persecución de pararazzi…Ellos son la familia de mis hijos.
¿Es monárquica?
Soy respetuosa. Es una institución, y no sabemos si será sostenible o no el día de mañana porque el mundo cambia de manera vertiginosa.
¿Cómo afronta el paso del tiempo?
Me veo bien, con muchas arrugas, pero me gusta. No me traumatiza ni me preocupa, y de momento no se me he sometido a ningún tratamiento. De pequeña tenía muchos complejos; hoy, en mi día a día, me digo: “ya no hay nada que me bloquee, me encuentro tan bien. Aunque, claro, miro más en plano mental”.
Bohemia mediterránea
Alejandra Valero es la directora de dieseño de Hoss Intropia, firma creada en los años 90 por Constan Hernández que nació con una voluntad de mezclar en sus prendas la introspección y la utopía. En 219 fue adquirida por Tendam –grupo propietario de Cortefiel- que ha querido renovar la marca, ampliar los puntos de venta –un total de 39- y ofrecer una colección exclusiva para venta online. Según Valero, Hoss Intropia es una firma “con mucha personalidad, femenina y de inspiración mediterránea. Diseñamos con atención al detalle y mucho cariño, con el objetivo de crear prendas únicas que acompañen a nuestra mujer en su día a día”.
La prendas se caracterizan por un lado artesanal: “ sus bordados únicos, sus calidades y texturas, los estampados pintados a mano y su fuerte personalidad”, explica la directora creativa de la firma, que ha elegido a Laura Ponte para esta temporada, junto a la actriz Alejandra Onieva y la modelo Alba Galocha. En sus colecciones están muy presentes los algodones orgánicos, el denim sostenible, las fibras recicladas, y las fibras naturales de origen vegetal que resumen su compromiso con el medio ambiente. “Nuestras prendas van dirigidas a un amplio target de edad; nos encanta que sean compartidas por distintos miembros de la misma familia”, afirma la diseñadora. Romanticismo y naturalidad se alían en un colección que confiere versatilidad a sus prendas. ”Seguimos las tendencias pero somos atemporales”, asegura Valero.
Artículo publicado en Magazine Lifestyle de La Vanguardia en noviembre de 2021.
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