Una exposición en el Castillo de Púbol repasa la intensa relación del Dalí con un joven Christian Dior en los años de la bohemia parisina
Comieron y bebieron juntos, festejaron las tres exposiciones surrealistas que marcaron la vanguardia parisina, y se vieron obligados a buscar nuevo cobijo tras la crisis que amenazó sus carreras: Dior en la moda, Dalí protegido por los vizcondes de Noailles. Durante su relación –que perduró hasta la muerte prematura del diseñador– el couturierle dedicó al artista un modelo de 1949, mientras que éste disfrutaba del armario diorísimo de Gala y la dibujó con un majestuoso muaré de la firma. Cuando murió, fue enterrada con un vestido-abrigo rojo carmín del creador, su traje preferido.
Fue en 1929 cuando un joven Christian Dior, enamorado del arte y los jardines, consigue que sus padres le presten dinero para abrir una galería de arte con una sola condición: no utilizar su apellido para el negocio, pues la madre consideraba que usar su nom de famille para vender cuadros era tan vulgar como regentar un colmado. La galería Jean Bonjean, en el cul-de sacde la rue La Boétie, se convirtió en una especie de laboratorio de vanguardia. “Nuestra ambición no era otra que la de exponer alrededor de los maestros que más admirábamos: Picasso, Braque, Matisse, Dufy, los pintores que conocíamos personalmente y que ya estimábamos mucho: Christian Bérard, Salvador Dalí, Max Jacob, los hermanos Bermann…” afirmaba Dior.
En aquel tiempo, Elena Ivanovna Diakonova ya vestía los pantalones palazzo de Chanel, calzaba zapato plano y se tocaba con gorras marineras. Atrás quedaba aquel aire a lo flapper con el que sería inmortalizada en La reunión de los amigos (1923-4) de Max Ernst. Su porte era distante, pero más allá de su tan coreada frialdad, Gala fue acuñando una sobriedad en la que se mezclaban el poso de misterio, fiel a sus orígenes en Kazan, y la mediterraneidad que le había impreso su nueva vida en Cadaqués. Creativa, supersticiosa como Dior, y esteta, fue mucho más que la musa que encendía los sueños de un joven Dalí maniático y excéntrico.
Salones, tertulias artísticas y una gran exposición surrealista tuvieron lugar en Pierre Colle, la segunda galería que regentaría Dior, en la que se expusieron las obras dalinianas Busto Retrospectivo de una Mujer (1933) y la Silla Atmosférica (1933). Pero la economía precaria del período de entreguerras y la inestabilidad persiguen a la bohemia parisina. Dior empieza a malvender su fondo de almacén, y se lamenta: “¡No pude conservar ese stock de cuadros hoy de inestimable valor y que mi familia consideraba insignificante! ¡Jamás la costura conseguirá que semejante fortuna pase por mis manos!”. Entra en el taller de Lucien Lelong, y a los 42 años fundará su casa de costura. Afina su sentido estético, y mantiene en su retina el juego de perspectivas y el trompe l’oeil, a pesar de su trazo clásico. Y empieza a agotar existencias.
Cuando Dalí, Gala y Dior se reencuentran en Nueva York en 1947, los Dalí se han hecho famosos. Son originales, fetichistas, diferentes. La actitud hierática de Gala, como si se hubiera desprendido de lo mundano y habitara en un mundo onírico, hace crecer al personaje, que resplandece con sus fulares de piel y su talle fino, aunque también resulte enigmático. En aquel encuentro, el pintor, le pregunta a su viejo amigo cómo le ha ido la vida. “He triunfado, como usted”, le responde el modista, que acababa de catapultarse con el estilo bautizado por una periodista de Harpe’s Bazaar como New Look (nioulouk, que diría Colette). Sí, un modista que de joven fue un visionario galerista de arte, amante de los jardines, había sido capaz de lo que los psiquiatras parisinos no pudieron lograr: levantar el aire lúgubre de las calles, cerrar las cicatrices de dos guerras mundiales y darle vuelo a la feminidad. Durante su reinado de diez años, del 1947 al 1957 –cuando murió fulminado por un infarto–, envolvió su moda y su paletas de colores con el arte de vanguardia que tanto había amado.
Exposición en Púbol
Hasta el 6 de enero de 2021 tendrá lugar en la el Castell de Púbol la exposición Dalí/Gala/Dior, que ilustra la relación entre los tres artistas a partir de fotos, documentos, trajes y las obras de arte que surgieron de dicha relación, celebrada como una auténtica conspiración de la belleza.
Belleza: Make up surrealista
Los maquillajes de Dior, galerista de arte y amigo de Dalí, sugieren juegos ópticos y exaltan la audacia de un tiempo nuevo. Los pinceles actúan como si el rostro fuera un lienzo en el cual rojos, naranjas y rosas transgreden la convención. El trampantojo es una forma de sustituir la realidad por otra más libre y colorista.
Mostacho daliniano
La audacia artística marca las nuevas tendencias en maquillaje
El trazo rojo gráfico alrededor de la boca se ha realizado con el lápiz Diorshow 24h Stylo en tono 861 Matte Red. También se ha utilizado la barra de labios Rouge Dior Ultra Rouge en tono 679 y el corrector Dior Forever Skin Correct. De la relación entre Dalí y Dior surgieron trajes, obras de arte y guiños creativos. Ambos se admiraban, y Gala vistió a menudo las colecciones del creador, uno de sus favoritos.
Fusión de rojos
Una evocación de los retratos poéticos de Man Ray
Inspirado en el maquillaje creado por Peter Philips para el desfile otoño-invierno 2019 de Dior, este cromatismo de rouges se consigue combinando los dos colores de la de la barra de labios Dior Addict Stellar Halo Shine en tonos 667 y 892. El juego de perspectivas y veladuras rinden homenaje a los rostros de Man Ray, capaces de transmitir tanta sensualidad como misterio
Lunettes
El azul se ha conseguido usando la sombra azul marino de la paleta 5 Couleurs en tono 279 Denim con agua. La mancha naranja se ha realizado con el colorete Dior Backstage Rosy Glow 004, con la ayuda de un pincel de sombra de ojos previamente humedecido en agua.
Doble imagen
El trazo bronce se ha conseguido mezclando el iluminador líquido Dior Backstage Face&Body Glow con el iluminador Dior Backstage Glow Face Palette 002.
Estrella surreal
El aplicador en forma de pétalo de la barra Rouge Dior Ultra Care Liquid en tono 749 permite estos juegos ópticos.
Trompe l’oeil
Este look se ha realizado con el lápiz Diorshow 24h Stylo en tono negro 091 Black.
Corregir tono y definir trazos
1. Dior Forever Skin Correct. Corrector de ojeras e imperfecciones de duración 24h, en un tubo de tamaño XL para cubrir cualquier zona del rostro.
2. Dior Addict Stellar Halo Shine nº667. Barra de labios ultra brillante, aporta hidratación 24h gracias a una combinación de cera de abeja natural, aceites vegetales y aloe vera.
3. Dior Backstage Rosy Glow 004. Desarrollado por Peter Philips, este colorete se puede utilizar en cualquier parte del rostro, en seco o con agua para intensificar el pigmento.
4. Dior Backstage Face&Body Glow. Iluminador líquido aclamado por los maquilladores profesionales, se puede aplicar con los dedos o con pincel, tanto en el rostro como en cualquier parte del cuerpo.
5. Pincel aplicador de la máscara de pestañas Diorshow Iconic Overcurl.
6. Diorshow Iconic Overcurl. Máscara de pestañas concebida para todo tipo de pestañas, define, envuelve y aporta volumen extremo a toda la hilera de pestañas, de una sola pasada y durante 24 horas.
7. Diorshow 24h Stylo. Lápiz de ojos de mina ultra precisa y de pigmento puro es resistente al agua que dura 24h.
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