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Manu Crotti: “Intento capturar la naturaleza dentro de mis objetos: mi último armario tiene el mar dentro”

Pintora y artista plástica, Crotti es hoy uno de los talentos que representa en exclusiva la ‘mamma’ del diseño italiano: Rossana Orlandi

Manu Crotti es uno de los grandes talentos de la interminable escena del diseño italiana.

Manu Crotti, (Crema, Italia) convierte sus muebles y piezas de arte en contenedores de recuerdos, y les garantiza su posteridad. El suyo es un género que reactualiza constantemente el pasado. Los materiales elegidos ocuparán un lugar bien distinto al habitual, sea el desván, un mercado de encantes, o un álbum. Desde souvenirs de viaje, miniaturas, blondas y telas del siglo XVIII, conchas marinas recogidas en la orilla, cachivaches y juguetitos, encendedores y petacas del abuelo, bisutería desaparejada, hasta antiguas piedras toscanas, todo vale mientras posea un significado para la autora o, si es por encargo, para el destinatario de la obra. Los elementos formarán parte de un proceso artesanal hasta convertirse en un todo, a partir de un ejercicio artístico de composición. Y darán lugar a objetos que, además funcionales, tienen mucho de magdalena de proustiana.

Las mesas de la memoria contienen piezas decenas de piezas originales incrustadas, desde juguetes a objetos cotidianos

Pintora y artista plástica, Crotti es hoy uno de los talentos que representa en exclusiva la mamma del diseño italiano: Rossana Orlandi. Sus propuestas presentadas en la última edición del Salone del Mobile y de Maison & Object, -junto a las de Alessandro Mendini y Enrico Marone Cinzano- destacaron por frescura y su minuciosa elaboración. Muebles , lámparas, sobreplatos que invitan a transportarse a un pasado interior, a alcanzar una visión entre lo viejo y lo nuevo. Pero sobre todo a sentir un golpe de emoción al rememorar aquella entrada del concierto donde conociste a tu pareja, unas canicas azules de la infancia, un reloj parado, cassettes arrinconados y singles, todo ello cubierto por resina invisible y engarzado bajo el cristal de la mesa. Crotti descubrió hace más de veinte años Formentera: “un sueño de isla, mi paraíso”. Abrió un restaurante, A mi manera, que dirige su hijo Matteo, con un extenso jardín y huerto; empezaron a cultivar verduras y a plantar flores, instalaron sus esculturas y collages, siempre oscilando entre la nostalgia y la alegría, y crearon un espacio onírico, un jardín entre autóctono y toscano, iluminado igual que un sutil escenario.

Una de sus piezas más exitosas consiste en las mesas de memoria. A partir de elementos diversos, desde souvenirs de viajes a unos cubiertos antiguos, un rotulador o un mechero, se realiza una composición, casi a modo de mandala cuando las mesas son redondas. De esta manera emergen unos tableaux vivants, que pueden tener un uso funcional. El mismo concepto se extiende a armarios, biombos o lámparas. Diseño, artesanía y poética se entrelazan con la vida diaria

Sus últimas creaciones, que presentará este otoño en el Salone del Mobile de Milán, pretenden ser una ventana al mar, y cada pieza está realizada con conchas, corales, algas y fósiles marinos que proceden de las playas y el mar de Formentera.

Manu Crotti es famosa por sus mesas ‘de la memoria’, elaboradas por encargo

¿Qué motivos le interesan más como material creativo?

La naturaleza. Mi último armario tiene el mar dentro. Intento capturar la naturaleza dentro de mis objetos. Siempre he sentido fascinación por su belleza y por su grandeza, el hecho integrarlos a mi obra también es una manera de ser más conscientes, de cuidar a la madre tierra. Desde guardarropas que atrapan el mar, a mesas que exploran la exuberancia de subsuelo, mariposas , plantas o peces para mis platos. También exploro entre las antiguallas, y los souvenirs pop, y los viejos baúles de familia. Trabajo mucho por encargo, y el cliente elige viejas piezas suyas, de valor simbólico, pequeños fetiches o recuerdos de viajes. En ocasiones dominan los metálicos, bisutería y espejos capaces de reflejar una época, un tiempo propio… Lo importante para mí es realizar piezas únicas que cobren vida, que sean contenedores de un significado personal, que interactúen con su propietario.

¿Es dada a sentir sthendalazos -ataques de belleza- en medio de un paisaje?

Siento mucho la naturaleza, las plantas, los animales, las flores. En el próximo Salone del Mobile de Milan -esperemos que podamos realizarlo este otoño- presentaré un armario realizado con 500 caracoles, que he trabajado con las resinas; ascienden por las puertas del mueble. Cuando se abren, un espejo te invita llegar hasta el infinito. Porque el origen de esta pieza nace a partir de una reflexión y un convencimiento: si logramos a adquirir más tranquilidad, practicar una mayor lentitud respecto a la velocidad de nuestro sistema de vida, podremos llegar al infinito.

Pieza escultórica con decenas de figuras de animales.

Muchas de sus mesas son relicarios, llenas de objetos antiguos, de desván o mercado de brocantes.

Sí. Empecé a hacerlas en mi casa, mezclando los objetos que me eran queridos, creando paisajes interiores en sí mismos, con una poderosa capacidad onírica, de transportarte a otro tiempo o espacio… Hoy los clientes que me encargan una mesa me traen una selección de los objetos con los que quieren convivir sin que estén escondidos en un cajón. Quieren mantener su recuerdo vivo, pero formando parte una composición que respire belleza, no en un sobre guardado en un armario o un archivo. Me han llegado a traer hasta la pulsera de recién nacido de un bebé…

¿En qué consiste su técnica?

Se trata de moldear varias capas de resina epoxi para encerrar estos preciosos recuerdos, y a la vez eso permite que cada pieza adquiera un aspecto tridimensional en el que los objetos parecen emerger de la resina sobre otras imágenes, creando la ilusión de un collage flotante. Mi fuerza es la composición. Adoro el círculo porque es bellísimo, invoca a la reunión alrededor de una mesa, a la fraternidad y al encuentro, y también por la idea que transmite de perfección, la búsqueda permanente de la cuadratura del círculo.

¿Qué artistas se aproximan a su manera de entender el arte?

Amo el arte profundamente, no solo una época, desde el Renacimiento italiano hasta el arte contemporáneo. Durante un tiempo estuve muy interesada por las corrientes minimalistas pero es un etapa que, al menos para mí, doy por cerrada. Creo que se ha superado este arte más mental. Y siento que sale un nuevo barroco, que está suspendido en la atmósfera, una nueva gracia, un ansia desbordante de creatividad.

Sobreplato de Manu Crotti 

Entre sus referentes, menciona con frecuencia a Frida Khalo, ¿por qué la atrae tanto?

Me atrapa la fuerza y el coraje de esa mujer herida que en los años 20, cuando las mujeres no eran nada y ella viajaba por todo el mundo, exponía, se relacionaba con gente relevante, artistas, políticos, proletarios. Me enamora su coraje, su determinación, su sentido del humor, así como el uso del color, la potencia de sus diseños, y en especial su amor por la madre tierra que era grandísimo. Se entregó apasionadamente a la vida, el amor, la familia, la cultura , su ideología, y vivió su realidad con todas las adversidades posibles como una oportunidad para reinventarse. Frida representa a una mujer fuerte que trasciende y supera las barreras de la cultura, el tiempo y la sociedad, y que alienta al mundo a pensar y ser diferente. Frida lo tiene todo: origen, drama, y arte.

La Vanguardia, 16 de Agosto 2020

Publicado en Culturas (La Vanguardia) La Vanguardia

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