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Cuarentones con show

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Con lo encantadoras que resultan las tardes de sofá acompañadas por una vela perfumada de vainilla, una novela rusa, Chet Baker invariablemente y alguna pequeña adicción. Incluso una tableta de chocolate negro 70%, cuya imparable ascensión lo ha situado ya incluso en los mostradores de los quioscos, en dosis de bolsillo. Quién nos lo hubiera dicho, que en la setentización del cacao tendría tanta responsabilidad nuestra generación. ¿Qué íbamos a hacer, sino, comer pipas? Ser jóvenes en los años ochenta nos marcó la piel con veneno, pero ahora que ha llegado la edad de ser jefecillos de algo, aunque sea de uno mismo, tenemos peperos en lugar de poperos.

Calcinada la frontera entre lo público y lo privado, emerge una nueva moralidad que acucia con un mandato: “reinvéntate”. No hay palabra efecto de la crisis que aborrezca más. Me gustaría saber cuántos reinventados prosperan, o simplemente deben de agarrarse a la oportunidad y sacar la ambición por los carrillos. Como esa hornada de cuarentones que lucen poder, patillas y Twitter.

Esta misma semana, dos hombres de cuarenta años, católicos, hiperactivos y temerarios, han ocupado la atención mediática. Ahí está Matteo Renzi, nuevo primer ministro italiano, que ya ha dejado bien claro como quiere a su equipo de gobierno: “Con un cuchillo entre los dientes”. El chaval, descamisado, con muy buena agenda, conchabado con el diablo para, cual Bruto, acabar con Enrico Letta, tiene 39 años, va a misa los domingos, y está dispuesto a superar el verso de Marvell: “Me engendró la unión de la desesperación con la imposibilidad”.

Y qué decir acerca de Leopoldo López, un patiquín que afean en Venezuela, niño pijo y voluntarioso que le planta cara a la represión de Maduro. López, aupado por la meca del pop latino que le tuiteó mensajes de apoyo, se entregó a la policía con show, de blanco, con flores en la mano y un crucifijo en el pecho. Pero antes grabó un vídeo en el sofá de su casa, piernas abiertas, junto a su esposa, a quien agarra la rodilla durante veinte minutos de speech. Al final ella lo abraza, orgullosa. La escena psicoafectiva de estos políticos temperamentales atrae la fábula a la vida.

López no tiene reparos en desplegar encanto personal, como ese otro figurín de la política internacional con mucha tesis: Axel Kicillof (42 años), mano derecha de Cristina Kirchner, un keynesiano impregnado de marxismo que ideó la expropiación de Repsol. Los nuevos cachorros de la política son desacomplejados, audaces, pulidos y 70% cacao. Que tome nota Madina (38 años), a ver si tiene show.

(La Vanguardia)

Publicado en Artículos

Un comentario

  1. soto soto

    Encantador articulo y al mismo tiempo, profundo; asi lo observo yo.Me preocupan estos políticos ” atrevidos y temerarios”.Vienen tiempos en los que nos podemos encontrar con un populismo, muy preocupante. mucha cruz en el pecho……¿y las intenciones, cuales son?tiempos de crisis…tiempos de estar muy atentos ” a las jugadas”.

    Apertas agarimosas
    http://intentadolo.blogspot.com.es/2014/02/contrapoder-y-la-bestia-sin-bozal.html

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