Para ellas, el vino es alimento, placer, origen, excelencia. Consiguen con sus caldos prodigiosos aportar más creatividad a un mundo que hace cincuenta años apartaba a las mujeres
Las mujeres beben y hacen vino, a pesar de que el refranero se empeñara durante años en expulsarlas de su reino. Cuán rancio resuena hoy el eco de aquel ripio: “El buen vino en copa fina y servido por mano femenina”. Porque ha habido no pocos días de vino y rosas desde el siglo XVIII, cuando Françoise-Josephine de Lur-Saluces, tras enviudar de un conde ahijado de Luis XV, tomara las riendas del mítico viñedo Château d’Yquem. Tanto empeño puso en cuidar sus campos para extraer de ellos un líquido sublime que doscientos años después su legado sigue siendo sinónimo de exquisitez y exclusividad.
También viuda, Madame Pommery consiguió en 1858 quitarle azúcar al champán y sellarlo en seco al paladar. Y la Veuve Clicquot, Barbe-Nicole Ponsardin, modernizó el proceso de elaboración acabando con los sedimentos para obtener espumosos cristalinos, una técnica –que consiste en colocar las botellas en posición invertida y girarlas cada día un octavo de vuelta para que los residuos se situaran en el gollete– que sentó las bases de la producción moderna.
Françoise-Josephine y Madame Pommery, dos mujeres que cambiaron la historia del vino
No obstante, a lo largo de la historia también se ha escrito una historia negra alrededor de las mujeres y el vino: de la Antigua Roma a la Sri Lanka actual, la ley les ha impedido beberlo; y varias generaciones tuvieron que enfrentarse a los prejuicios que vetaban su entrada las bodegas. Hoy, en cambio, una generación de viticulturas, enólogas y bodegueras muestra que paciencia y pasión se dan la mano a la hora de resucitar territorios antaño cubiertos de viñas lamentablemente perdidas.
“En el vino, el género no importa. Crece y se consolida la historia de amor entre el vino y la mujer, con un consumo inteligente, moderado, pero de calidad. El vino es una identidad en sí mismo. es tan fuerte su personalidad, que genera fuertes vínculos universales de pertenencia entre personas de distintas culturas, educación y clase social. Es decir, como cualquier manifestación de arte, bien sea música, pintura o cualquiera de sus disciplinas, es un lenguaje universal. Y cuanto más globales somos, más interés genera la singularidad de la identidad de lo local” afirma Camino Pardo, CEO y propietaria de Bodegas Nexus & Frontaura. Ella es una de las profesionales que citamos para celebrar la cultura del vino, su evolución y el compromiso con la tierra.
El vino es una identidad que genera fuertes vínculos universales de pertenencia entre personas de distintas culturas, educación y clase social
Camino Pardo, Propietaria y ejecutiva de Bodegas Nexus & Frontaura
“El vino lenifica. Tenemos vino. Podemos hacer desaparecer el shock maldito. El vino nos devuelve a la vida originaria, al paraíso” escribe Béla Hanvas en La filosofía del vino (Acantilado). Y Camino Pardo añade: “es un elemento básico de felicidad, especialmente en nuestras relaciones sociales, y más aún, en la economía de la experiencia”.
Hoy reunimos a cinco mujeres que conocen bien campo y barricas: Martina Pariente, de la D.O. Rueda; Camino Pardo, de la D.O. Toro y la D.O. Ribera del Duero; Cristina Forner, de la D.O. Rioja; Sara Pérez, de la D.O Priorat y D.O Montsant; y Patricia Sánchez Moro, de la D.O Ribera del Duero.
Martina Prieto Pariente (José Pariente)
Saga familiar femenina
Martina Prieto es directora técnica y directora de exportación en Bodegas José Pariente y en Bodegas Prieto Pariente, que fundó en 2014. Además, es ingeniera agrícola y enóloga, hija y nieta de vitivinicultores. Dirige las bodegas que fundó su madre -pionera en la creación de blancos D.O Rueda-, y también las Bodegas Prieto Pariente que levantó junto a su hermano. En ellas, Martina convierte los frutos de viñedos históricos recuperados en tintos que, como su directora, sugieren arraigo, carácter y reinvención. Insiste en que la formación de mujeres enólogas es imprescindible para que se produzca un relevo generacional: “las mujeres aportamos una sensibilidad diferente y ese nuevo equilibrio entre elaboradores de ambos sexos solo puede ser enriquecedor”.
Cristina Forner (Marqués de Cáceres)
Industria con nuevo estilo
Cristina Forner es la Presidenta de Marqués de Cáceres, fundada por su padre Enrique Forner. Comparte raíces con el buen vino en el terroir bordelés. En los 80 se traslada a La Rioja, donde asume la estrategia de expansión y márqueting de Marqués de Cáceres, bodega que preside desde 2007. Afirma que, más que modificar la industria del vino, “las mujeres defienden su propia interpretación mediante la innovación, no solo en el estilo del vino sino también en su comunicación, que hacen versátil y participe de su pasión”.
Patricia Sánchez Moro (Emilio Moro)
Una pasión heredada de su abuelo
Patricia Sánchez Moro es la directora general de las bodegas Emilio Moro. Creció entre viñedos, observando como su abuelo trabajaba la tierra y elaboraba el vino implicando sus cinco sentidos. Heredó su pasión y dirige las bodegas atendiendo a la diversidad y complejidad de los nuevos paladares. “Puede que las mujeres nos fijemos en otros detalles y valoremos otras particularidades. Eso es bueno porque permite al sector del vino estar más abiertos a evolucionar y adaptarse a los cambios”, afirma.
Camino Pardo (Nexus&Frontaura)
Crecimiento exponencial
Camino Pardo, directora de las Bodegas Nexus&Frontaura, interactúa con la vitivinicultura desde una perspectiva humanista y apasionada. Licenciada en Filosofía y Letras, en 1999 asumió la dirección de las Bodegas Nexus&Frontaura, cargo que afrontó con ambición para lograr un crecimiento exponencial de la empresa mediante la exportación y una elaboración y comunicación atendidas con esmero. Habla del vino con un fervor literario, y afirma que la presencia femenina en el mundo del vino “evidencia la capacidad de las mujeres de entender las cosas de forma diferente, dando importancia a las sutilezas, a las emociones, a conquistar por los detalles para que nos embriaguen con su sensualidad y armonía”.
Sara Pérez, Venus La Universal
Apuesta ecológica
Sara Pérez es Enóloga en Mas Martinet y fundadora de Venus La Universal. Bióloga, filósofa y enóloga, apostó por la viticultura ecológica en la masía de sus padres, Mas Martinet, cuando en el 2000 decidió seguir con el negocio fundado en 1896 por Josep Lluís Pérez y Montse Ovejero, donde elabora caldos originales y con narrativa. “El vino es un resumen embotellado de mi forma de ver y vivir la vida. Igual que trato a la viña, trato a mis hijos, a mis amigos o a mis compañeros”, dice.
Reportaje publicado en Magazine La Vanguardia el 6 de febrero de 2023
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