Saltar al contenido →

La escuela del fracaso

Todos nos sentimos perdedores alguna vez, y fantaseamos con la libertad que procura el fracaso. En los momentos bajos, nos decimos: que triunfen los otros, que se empleen a fondo, que madruguen y discutan, que exijan y defiendan, que se superen y nos deslumbren, mientras nosotros nos reclinamos bajo la sombra de la incompetencia.

Y es que el retrato del perdedor es mucho más fascinante que el del ganador, porque en lugar de colocar su energía en la ambición, la pone en la esperanza. A pesar de saber que las cosas no van bien, y de sentir el regusto ácido de la deriva, sigue creyendo que todo puede cambiar en un instante. Recuerdo que mi padre, en sus años buenos, acertó 14 en una quiniela. Un golpe de suerte se sentaba en nuestro tresillo, como un invitado magnánimo, y su halo nos bendijo a modo de Virgen futbolera. Tanto fue así que en los años malos se aprendió de memoria aquella quiniela y la fue repitiendo según sus raptos de esperanza. Una de las últimas palabras que me dijo, todavía con laringe, fue que en la vida había que saber ganar y saber perder. Y sí, es una frase que he oído mil veces, pero nunca sonará como en su voz, crudamente dulce para que me hiciera mayor.

Pienso en las palabras de Juan Marín, el político de Ciudadanos que ha liderado la desaparición del partido de la Junta. “Los andaluces no se equivocan, algo habremos hecho mal”, afirmó. Escasea este tipo de determinación frente a la derrota. Es una aceptación cerrada la de Marín, sin excusas, eso sí, con la blandura que acompaña al que es echado a un lado, y piensa en los hijos. Porque el fracaso siempre es un camino hacia el éxito si puede convalecer sobre los afectos entretejidos con madurez, fíjense si no que el que fracasa y carece de esperanza se excede en justificaciones y echa la culpa a los otros. Los Juan Marín de este mundo deberían impulsar una escuela del fracaso. Les auguro un enorme éxito.

Artículo publicado en La Vanguardia el 27 de junio de 2022.

Publicado en La Vanguardia

Comentarios

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *