Periodista de formación, Michele Lupi (Milán, 1965), tiene una larga trayectoria como editor de revistas –dirigió Rolling Stone y GQ Italia o ICON, entre otras–, y cuando Della Valle le hizo responsable de las colecciones de hombre de Fay, el objetivo estaba claro: quería transformar la firma en una compañía de medios a través de las historias que él contaría.

Una de sus principales influencias han sido los grandes del diseño industrial, como Dieter Rams o Achille Castiglioni, pero no solo se queda en el diseño con pedigrí. “También me encanta el diseño gráfico anglosajón de los años 60 y 70: las revistas y el arte de las carpetas de los discos de vinilo y todo lo bueno que está pasando con las nuevas tecnologías. La descentralización del poder me fascina, más allá de la oportunidad de negocio”, afirma.

¿Qué le interesó de Fay, una marca que hacía las chaquetas de los bomberos de Maine?

El atractivo de la marca está en su ADN: cuando me uní a ella, en 2018, pensé junto a Diego Della Valle que era el momento de destacar nuestros orígenes. Fay producía en su momento chaquetas para bomberos, sí. Con Fay Archive, quisimos volver a ese espíritu y, para demostrar la calidad de losproductos, comenzamos a buscar a gente que viva su profesión con gran pasión para que pudieran poner a prueba nuestra ropa.

¿Qué simbolizan los cuatro ganchos clásicos de Fay?

El gancho, emblema de las chaquetas Fay, es un pretexto, una forma de estar en contacto con el mundo y con nuestra historia. Hoy son el elemento que nos mantiene firmemente enganchados a los orígenes.

¿Cómo nació el proyecto Fay Archive que mencionó antes?

Fay Archive nació como una pequeña producción de prendas con materias primas naturales, resistentes y duraderas, muy sencillas, producidas para personas que no siguen las tendencias. Prendas que sobreviven a varias generaciones. Puedes dejarlas de lado unos años, pero nunca pasarán de moda porque tienen un estilo que podríamos definir como atemporal.

¿Qué opina del colector de moda?

Coleccionar prendas vintage es fundamental. El nombre de nuestra marca incluye la palabra archivo porque, desde que comenzamos esta aventura, éste ha sido nuestro punto de referencia. No solo los archivos de Fay, también el de Alessandro Squarzi, el director creativo de Fay Archive. El suyo tiene entre 6.000 y 7.000 piezas, divididas entre workwear y vintage militar, y nos permite tener una especie de brújula.

Vivimos un auge del ‘vintage’ de lujo…

La palabra ha perdido parte de su significado, ya que hoy es difícil encontrar algo que no se defina como lujo o vintage: casas, barcos, restaurantes… todo es lujo hoy. Para nosotros lo más importante es que cuente una historia auténtica y que se valore por sus cualidades intrínsecas: los materiales utilizados, las manos que lo cosieron, de dónde viene…

Diseño y confort siguen siendo sus faros ¿apuesta por la polivalencia?

“La forma sigue a la función” es un lema que siempre nos ha fascinado. Aunque date de finales del siglo XIX –la formuló el arquitecto norteamericano Louis Sullivan, padre del modernismo–, creemos que sigue vigente.

La moda, tras la pandemia, continúa mirando a décadas pasadas para inspirarse. ¿Por qué cree que es así?

Es muy importante mirar hacia delante e intentar tener respeto por el medio ambiente: cada uno de nosotros podemos hacer algo. Estas cosas hay que hacerlas con sinceridad, evitando caer en lo que hoy se llama greenwashing, es decir, hacer algo solo para limpiar la conciencia. Es mejor hacer las cosas sin presumir demasiado.

La moda tiene un compromiso con la sostenibilidad y ya se investigan nuevos tejidos circulares, limitar la producción de materias primas y los desechos textiles… ¿Está Fay alineada con esto?

Comenzamos a producir chaquetas patchwork utilizando telas sobrantes. Nos llamamos Fay Archive, así que rebuscamos en nuestros archivos, encontramos las telas originales que se usaron a mediados de los 80 para hacer las chaquetas 4 Ganci, las seleccionamos, las lavamos y creamos estas nuevas prendas con memoria.

Artículo publicado en Magazine Lifestyle de La Vanguardia el 4 de abril de 2022.