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Entrevisto a Palomo Spain. Alta costura para hombres

El diseñador cordobés se ha subido a la escena internacional y ha vestido a personalidades como Rosalía y Beyoncé con su ‘extreme couture’ , su personal intento de acercar la alta costura a la moda masculina.

Alejandro Palomo, a sus 28 años, suma premios y reconocimiento internacional

En 2021 cumple su quinto aniversario. Feminizar y liberar al hombre, reivindicando su coquetería, ha sido la máxima de este cordobés que ha subido a la escena internacional, aplaudido por la calidad de sus prendas, la audacia del diseño y sobre todo por su cosmovisión libre de género.

Alejandro Palomo (28 años) es un romántico cordobés. Su  acento contiene el soplo lento de aquel niño que se escondía del calor en su casa de Posadas. En menos de cinco años ha conseguido afianzar su marca, que nació con una voluntad firme: acercar la alta costura a la moda masculina.

Bautizó su empeño ‘extreme couture’. Y era el resultado de años de búsqueda: la ropa que surgió mientras rastreaba su propia identidad. Sus amigos empezaron a convertirse en musas; Palomo y sus modelos irrumpieron en la escena madrileña con una electricidad que no se había visto desde los tiempos de La Movida.

Criaturas pálidas y escuálidas, con pelo en las axilas, vestidos con faldas fluidas sobre pantalones, camisas de volantes o lunares y botas de tacón. Enseguida fueron bendecidos por Almodóvar. Y la personalidad de Alejandro Palomo desbordó la escena de la moda. En junio de 2017 quedó semifinalista del premio LVMH para jóvenes diseñadores, y al año siguiente ganó el Who’s On Next 2018, que otorga la revista Vogue. Su perfil de Instagram está lleno de procesiones de vírgenes, y en su catálogo de celebrities destacan Beyoncé, Miley Cyrus o Harry Styles. Su maximalismo barroco ha ido evolucionando, y ha recibido el aplauso del crítica internacional, con sus desfiles en Nueva York y París. Durante la pandemia, ha reforzado su ADN, y sobre todo su mensaje: “fluidez sexual”, porque el cuerpo nunca es una cárcel.

Ha conseguido establecerse como un diseñador de prestigio y la correspondiente notoriedad internacional (Adrián Perea)

¿Siempre supo qué tipo de ropa quería crear?

Siempre supe la pasión que sentía por la ropa, pero pasaron muchos años hasta que cuadró este tipo de ropa de hombre… En mi cabeza era hombre, este tipo de hombre, pero la moda de hombre era muy silenciosa. Yo quería interpretar la historia de la moda y llevarla a mis amigos, que hablan el mismo lenguaje que yo.

¿Cómo definiría ese lenguaje?

Con la palabra libertad. Libertad absoluta. Los hombres deben vestir de una forma mas divertida, tienen que dar un paso más allá. Las mías son prendas detallistas y disfrutonas.

¿Tienen los hombres que pelear hoy para vestir faldas igual que las mujeres lo hicieron en su día para llevar pantalones?

No es necesario. Cada cosa se asienta en su momento de forma natural. Hay que normalizarlo: día a día vemos a mas hombres que se visten con falda. En el mundo de la música, por ejemplo, hay hombres cis [cisgénero] o heteros que visten de manera flamboyante. Vamos normalizando que un hombre se ponga tacones…

¿Qué ocurre cuando le ven a usted con tacones?

Yo me los ponía de pequeño, cuando me metía en el armario de mi madre. Desde los tres años hasta los 18 siempre me disfracé de chica en todos los carnavales. Me divertía y me transportaba. Me plantaba una doble de C de Chanel y la ponía en el bolso: luego me decían “pero si este modelo lo he visto en el Vogue”. Pero, volviendo a la pregunta, te miran raro… aunque a mi me gusta levantar curiosidad. Por fin he podido hacer unas botas con tacón que te llegan por la ingle que te hacen sentir fortísimo. Ya se llevaban en el siglo XVIII .Tacones, diamantones, pelucas, brocados, chorreras, volantes… solo hay que mirar los libros de Historia. Para entender lo que estoy haciendo tengo que entender de dónde venimos. Analizar qué hemos dejado atrás.

La renuncia masculina a la coquetería, por ejemplo.

Sí. Queda solo para la mujer, y se crea el estigma de la ‘mujer florero’. El hombre se esconde en un traje de tres piezas. Hoy vivimos un momento en el que podemos cuestionar los pasos que se han dado en la historia… Aunque mi moda no parte de un mensaje reivindicativo. Ni tenía en la mente la palabra gender fluid… No me importa en absoluto que me digan que mis hombres parecen femeninos. Hemos destapado lo que hay detrás de muchos hombres: una parte masculina y una femenina que reprimimos He visto sentirse cómodos a hombres heteros con camisas de volantes… les libera verlos, aunque luego no se lo pongan. No es cosa de travestis, sino un sexy atractivo; esto lo hemos comprobado en todos los modelos que vienen con nosotros, heteros: es ponerse la ropa y eso los transporta, les lleva a otro ánimo, los transforma.

Palomo Spain busca feminizar la moda masculina

¿Trabaja con patrones diferentes para hombres y mujeres?

Trabajo sobre la base de sastrería masculina, aunque luego lo transformemos en sastrería femenina. No todas las prendas funcionan igual: hay diferencias morfológicas y prendas estrictamente femeninas, y otras que son unisex.

¿Qué opina del termino ‘unisex’?

Es una cosa rara; me suena a camiseta interior… pero es más español que ‘genderless’.

¿Y de la polémica surgida por la Ley Trans?

Creo que provocará un cambio. Al final quienes menos están dando su opinión son los trans, un concepto que se debe olvidar. Quieres ser reconocido como hombre o como mujer…Trans se entiende como algo medio patológico, algo que denuncia hasta la OMS. Es un asunto de libertad y de derechos humanos. Ojalá pronto nos quitemos de encima la palabra ‘trans’, que es un estigma.

Moda para hombre que triunfa entre las artistas como Rosalía o Beyoncé

¿Qué le brindó su pasó por el London College of Fashion? ¿Le interesaba la sastrería de Savile Row?

Fue un despertar, encontrarme a mí mismo. Entender quien soy. Me abrió la mente para entender la forma en que viste la gente. Allí adquirí el conocimiento técnico la de moda. Trabajé en el departamento vintage de Liberty de alta costura, y allí lo aprendí todo. Vendíamos una prenda al día, y yo conocía la historia de cada vestido. De Saint Laurent, Chanel, Hermès, Schiaparelli, Dior…

¿A qué diseñadores considera maestros?

Me flipa Saint Laurent, la unión de Marrakech y París. De Balenciaga nos sentimos orgullosos, y aprendemos cada día. De Lacroix me encanta ese vivir en una realidad paralela mejor a la que existe. Y también admiro a Nicolas Ghesquière y Oliver Thyeskens.

Que personajes como Beyoncé, Miley Cyrus, Rita Ora o Rosalía lleven sus prendas, y que Carine Roitfeld se interese por lo que hace, le ha hecho entrar en un círculo privilegiado. ¿Qué supone para usted?

Todo esto ha sido una validación, una respuesta al cuestionamiento, hace cinco años, de si este chico va a llegar o no, de si es caramelo de un día… La colaboración con Rosalía ha sido muy especial. Fue bonito ser parte de su nacimiento, estábamos con ella haciendo todo el vestuario cuando preparó “El Mal querer”. Ha estado en casa, en Posadas, comiendo salmorejo con sus uñas larguísimas y mojando el flamenquín en familia…

Traje de chaqueta de la última colección 

A su alrededor se concentran muchos artistas y creativos, ¿le gustaría crear una especie de The Factory entorno suyo?

Eso hizo que todo se construyera y fuera tan rápido. Cuando llegue a Madrid me hice amigo de gente de mente moderna e igual de ambiciosa que yo. Claro que me gustaría tener una Factory en Madrid y rodearme de gente que ha sumado su aportación a la marca: Kito Muñoz, Phillip Kustic, Adrian Bernal, Alilla Rosales…

Magazine La Vanguardia, 1 de Marzo 2021

Publicado en Culturas (La Vanguardia) La Vanguardia

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