Hay parejas de palabras que se alinean en contra de su propio significado, como lana fría o noticia falsa. Algo inexistente y encima falaz nunca puede ser noticia, pues lo noticioso implica un obligado compromiso con la factualidad. Aun así hemos comprado el término, porque es tanta la confusión que nos embarga que preferimos hablar con antítesis. Antes, las noticias debían llevar un sello de autenticidad, igual que el oro de ley –de 18 quilates– para diferenciarse de las baratijas con baño dorado. Y ahí están las fe de errores, cuya cauta existencia posibilita enmendar cualquier desajuste informativo con la realidad.
Hace más de diez años asistí al nacimiento de El Mundo Today , obra de mi amigo Xavi Puig, que acuñó junto a Kike García una nueva forma de hacer humor. Aquello era otra vuelta de tuerca a la prensa satírica, con una honda inspiración beckettiana capaz de convertir el absurdo en mainstream . Sus ingeniosos titulares nos han ido alertando con qué facilidad lo increíble puede resultar creíble sin necesidad de cambiar de traje. Abonados a lo alarmante y escandaloso, pero poco conscientes también de lo estrafalaria que es en ocasiones la realidad, las noticias han trasteado con los bulos.
El pasado verano El Faro de Vigo y Nueva España reprodujeron algunas frases publicadas en El Mundo Today sobre la intimidad de Corinna y el emérito. Aquí una perla: “Me decía que había hablado con el abogado, y me forzaba a decir ‘¿Qué abogado?’, solo para responder ‘El que tengo aquí colgado’. Y se partía de risa”. Sin mala fe, el periodista –que pidió perdón– no advirtió que un diálogo de esa guisa era pura ficción, y lo dio por bueno, acuciado acaso por la demanda de noticias insólitas, esos anzuelos nauseabundos lanzados para salmones pero en los que solo pican sardinas. Al periódico satírico les han salido muchos imitadores, pero no les copian desde la sátira hipermoderna y la perla filosófica, sino desde la manipulación más abyecta. Alimentan sus contenidos con opiniones falaces, que, a fuerza de repetirse, acaban formando un relato acharolado, aunque perverso. Bien lo dijo Julia Otero, con esa facilidad innata para hacer inteligible lo complejo: “Hay quien se llama periodista y miente todos los días, y nosotros no siempre los desenmascaramos”.
No hace falta ningún ministerio de la verdad si cada medio cumple con el código deontológico y el fact check , porque la información debe venir con garantía, como el oro de ley. De lo contrario, se vende perro por ternera, y eso, además de desagradable, es ilegal.
La Vanguardia, 11 de Noviembre 2020
Imagen por Markus Spiske en Unsplash
Joana, Me gustaria saber si podrias darme algunas ” tips” para escribir sobre experiencias mias, desde como servi a Donald Trump cuando trabajaba en el tren Eurostar hasta una experiencia desagradable con un actor famoso. Gracias
Cristina
Querida Cristina. Un placer leerte. Sí, soy amiga de tu hermana Anna y creo recordar que vives en Inglaterra. Consejos, pocos, aún estoy intentando a aprender a escribir. Pero sí es bueno hacerlo desde la verdad, con atención el detalle y encontrando la voz con la que narrarás estos hechos que me cuentas, y que sin duda son buenas historias. Mucho ánimo en tu escritura!
Un abrazo