La actriz va camino del estrellato tras presentar ‘Explota, explota’ en San Sebastián, donde protagonizó este pase de moda para ‘Magazine Lifestyle’
Sueca para los españoles y al revés en la tierra de su madre, creció en Sevilla y de Andalucía conecta con su poesía y su sonoridad, su estampa lorquiana
Ingrid García-Jonsson no se parece a nadie. De su propia extrañeza emergen su originalidad y su carácter. “Nunca he podido encajar en la norma. A pesar de haber vivido en Sevilla desde pequeña, la gente se me dirige en inglés, y si hablo español me felicitan por lo bien que hablo mi idioma. En Suecia se sorprenden de mi mezcla. No encajo en ningún prototipo”. Le pregunto si identifica un yo del norte y otro del sur –su madre es sueca, padre sevillano–: “Para mi es todo una cosa, nada está segmentado. Soy puntual, pero imagino que porque soy una española puntual. No sé, soy rara. Y el no tener la identidad clara me ayuda a meterme en la piel de los personajes que interpreto: noto que mi vida cambia con cada proyecto, se produce una fusión extraña con el personaje, que enriquezco con mi experiencia propia”, dice.
La película que nos la descubrió -a nosotros, pero también en Cannes- fue Hermosa juventud (2014), del exigente Jaime Rosales, sobre una pareja de jóvenes precarizados que decidía lanzarse al porno amateur. “Estoy contenta de haber formado parte de ella, pero todos mis papeles posteriores los he afrontado acojonada. Sin saber si volvería a estar a la altura”, confesó después de la experiencia. En cambio, cuando tuvo que convertir en póquer el reparto formado por Rosa María Sardà, Verónica Forqué y Candela Peña en Salir del ropero (2019), de Ángeles Reiné, no le tembló la voz ni se escondió detrás de ellas, consciente de que el cine es un arte de equipo.
Oscar Wilde sentenció que “ser natural es la más difícil de las poses”, un pensamiento que sirve a la perfección para expresar una de las virtudes más loadas de Ingrid García-Jonsson (Skellefteå, Suecia, 1991) : su espontaneidad. En ella no encontramos la impostura de esos actores que pretenden ser aquellos a los que interpretan, tampoco el postureo de quienes crean sus personajes de cara a la galería, y ni un solo tic de escuela de interpretación. Vive sus personajes en el verdadero sentido de la palabra: deja que sientan con su corazón y piensen con su cabeza, que sea su cuerpo el que los impulse, algo muy poco corriente, porque, volviendo a Wilde, ser natural es muchísimo más difícil que resultar espectacular.
“El cine abre la mente: te enseña a pensar de tantas maneras. Es un lugar seguro. Como volver a casa. Desde la oscuridad de la sala, estamos conectados. Siempre quise trabajar en el cine, sentía la pulsión de ser actriz, pero me daba vergüenza. Hay mucho prejuicio sobre un tipo de vida frívolo, materialista, amante del dinero… y yo no conecto con eso. No me interesa la fama, sino aprender. Y vivir en plenitud”, afirma.
Acaba de regresar del Festival de San Sebastián, donde ha presentado película por primera vez, “Explota Explota”, de Nacho Álvarez, un musical armado sobre las canciones de Raffaella Carrà. “Ha sido muy emocionante. Una edición única por las condiciones; sentir que desde la cultura estamos arrimando el hombro, dando lo mejor de nosotros para que no nos hundamos en la tristeza”. La firma Chanel se ha convertido en patrocinador del festival con la idea de aportarle glamur. A Ingrid, estudiante de arquitectura que dejó la carrera en cuarto para apostar por el cine, le divierte la alfombra roja: “ponerme ropa que en mi vida diaria jamás me podría, jugar con la identidad, me divierte. Antes tenía más miedo porque estaba enfocada a gustar, a encajar… hasta hubo un momento en que me dije: me voy a poner lo que me de la gana, voy a jugar con mis reglas”.
Su familia materna procede de Bureå, un pueblo sueco a orillas del mar Báltico que ella define “anclado en el tiempo”: casitas en medio del bosque, duendes y trols, largas horas para compartir la herencia de los cuentos encantados y dejar escapar la imaginación. Otra herencia es la tolerancia, el respeto al otro, la igualdad, la libertad: “aquí somos más bocas”, dice. Cita como referentes a Pippi Långstrump y Virginie Despentes, también a Angélica Liddell (“tiene unos textos y una visceralidad a la hora de comunicar y escribir que ya me gustarían a mi” ). De Coco Chanel, en cambio, admira su creatividad revolucionaria y su legado: “es un personaje interesantísimo que se pasea entre lo luminoso y al oscuridad, fue una tía con muchas aristas”.
Durante el rodaje de “Explota, Explota” ha conocido a Raffaella Carrà, a quien considera una auténtica referencia vital: “he ido conociéndola, y admiro mucho a mujeres que con su edad, habiendo pasado por tantas dificultades en los 60 y 70, siguen con esa sonrisa y esa profesionalidad. Es una inspiración; alegra la fiesta y libera. Ella rompió las normas desde muy joven, supo soltar las tuercas de la censura al máximo, y sigue viviendo ese espíritu de libertad. Verla calienta el corazón”.
De Andalucía conecta con su poesía y su sonoridad, su estampa lorquiana. En Sevilla, vivían encima de un vídeoclub, y alquilaban cintas a diario. Asegura que los momentos en que se ha sentido más libre ha sido viendo películas: “en la vida no es tan fácil reír y llorar, no nos permitirmos sentir mas allá. En cambio, en una sala de cine te conectas de una manera tan pura”. Aprovecho para preguntarle por ese registro tan sutil y difícil suyo, lo que los anglosajones denominan underplay: “estoy haciendo algo que sé hacer: arriesgar. No tengo ni idea de lo que va ocurrir, pero intento hacer las cosas con la mayor veracidad posible”. Ingrid escribe, sobre todo en los momentos en que cree que va a morir, “son testamentillos, me entra la inspiración cuando siento peligro”. No descarta dirigir, generar su propio trabajo, tiene dos pelis pensadas, un corto y un proyecto para youtube.
Hablamos de su paso por “La Resistencia”, el programa de televisión que la ha hecho viral, e incluso hay quienes la relacionan con David Broncano: “Esto es la vida: hacerme actriz y pelearlo para luego salir diciendo chorradas en la tele, (risas). No soy cómica, y no quiero ocupar un lugar que debería de estar ocupando una cómica, pero por qué dejar de estar si me divierte… Respecto a David Broncano, no somos pareja. La gente quiere que se produzca el amor, y me hace gracia. No haríamos buena pareja. Tengo a Rufo, un chucho adoptado, y no siento la llamada de la maternidad… Me gusta como está todo, mi trabajo y mi vida”.
Entonces, ¿ya ha alcanzado el éxito?
Espero no haberlo conseguido hasta que tenga 70 años. Cuandó rodé “Salir del ropero” me impresionó Rosa María Sarda, un referente absoluto para mí; si ella decía que no había llegado a ser la actriz en la que quería convertirse, imagínate el resto.
El responsable del look: David Bello, maquillador de Chanel
El responsable del look de Ingrid García-Jonsson para esta entrevista realizada en San Sebastián durante el festival de cine de la ciudad es David Bello, maquillador de Chanel. Bello explica que ha utilizado productos que se adaptan a la energía y el color emocional que desprende la actriz sueco-andaluza.
“Cuando hicimos las fotos, era justo el día que tenía entrevistas con un look muy ‘rock star baby’ y eso fue lo que me inspiró a la hora de maquillarla. Una piel nítida, hidratada y luminosa con Les Beiges Teint Belle Mine Naturelle, y en la mejilla, Baume Essentiel Rosée, que, aplicada con las yemas de los dedos, crea un efecto jugoso cristalino y evocador. La mirada enfatiza un carácter joven y rebelde con la paleta Les 4 Ombres Candeur et Séduction: he trabajado en el párpado móvil con un rosado tirando a rojizo y otro tirando a berenjena para crear un difuminado que enmarque el ojo. Y debajo, un trazo grueso con Style Yeux Waterproof en el color Psyché”
Para el profesional de Chanel, los productos de la firma francesa “aportan la formulación, la calidad, y el colorido muy variado y favorecedor. Las fórmulas de los productos de Chanel a la hora de trabajarlo son excepcionales: ligeras, y se trabajan muy bien. En el caso de los fondos de maquillaje por ejemplo, se nota muchísimo. Y en el caso de las sombras de ojos, lo mismo, se trabajan tan bien que puedes conseguir múltiples efectos y ahumados, degrades, hasta llegar a crear tu propio tono. Y el colorido que diseña Lucia Pica me encanta. Es variado y todos son bonitos y quedan bien. Están pensados para las mujeres”.
Para maquillar los ojos, los grandes protagonistas en tiempos de mascarilla, Bello aconseja “resaltar la mirada pero con algo de patina”. “Tenemos tendencia a pensar que con la máscara como sólo se nos ve los ojos, hay que maquillarlos mucho, pero eso es un error. No hay que recargarlos porque endurece la mirada, y se ve también todo lo que está alrededor: a saber las arrugillas, el cansancio, etc.. Por eso creo que es importante cuidar mucho esta zona, tener a ceja arreglada y peinada, poner antiojeras e iluminador, y maquillar el ojo con tonos favorecedores y difuminados. Aconsejo los tonos rosados, marrones, berenjenas, etc.. que favorecen a todos y resaltan los ojos pero con suavidad. Un consejo para el antiojeras: mezclarlo con 2 gotas de Hydrabeauty contorno de ojos hidratante, para que tenga un efecto flash y quite las marcas de cansancio”.
Fotógrafo: Andrés García Luján. Maquillaje: David Bello. Dirección creativa: Joana Bonet
La piel de Ingrid Garcia-Jonsson esta tratada con Hydra Beauty proporcionado luminosidad y un plus de hidratacion; en los parpados, Les 4 Ombres de CHANEL