El mejor centrocampista que ha dado España siempre fue uno de aquellos jugadores que llevan un entrenador dentro. En Qatar ha empezado a sacarlo y en Barcelona ya le esperan
Xavi Hernández Creus (Terrassa, 1980) nunca ha llorado por perder un partido. Ni como jugador ni como entrenador. Le ocurre algo parecido a cuando se rompe un cristal muy fino y sus esquirlas levantan un vapor blanco, catastrófico. Como si una especie de serpiente se fuera retorciendo por dentro hasta plantarle cara. Es entonces cuando le sale el enfado. En su primer partido oficial como entrenador del Al Sadd, en Qatar, hace un año, le dio un puntapié a una botella de agua –“porque el árbitro en el ultimo minuto no pitó un penalti de libro”– y la zapatilla que le había regalado Nuria, su mujer, “salió volando por el estadio y se hizo viral”. Hablamos de ambición. De mentalidad de ganador. De una competitividad que siempre ha gestionado con un espíritu de nobleza. No es ganar por ganar. Se trata de pintar el juego, de imprimirle un toque de estilo, de crear laberintos de aire con el balón.
Hernández no llora de tristeza, sino por esa blandura que te conecta con las emociones ajenas, casi por contagio. Sus ojos poseen un movimiento hiperactivo. Es un ídolo a pie de calle. La promesa intacta del Barça, el coro que la afición, buena parte de la prensa deportiva y muchos jugadores del club repiten desde hace un año: “Fichad a Xavi ya”. Su nombre como ensalmo para devolver la magia cruyffista al juego del equipo, también la ilusión y el orgullo a los aficionados culés.
Xavi, considerado uno de los mejores centrocampistas de la historia, vive desde 2015 en Doha, la capital de Qatar, con su mujer, Nuria Cunillera, y sus dos hijos: Asia y Dan. Doha representa la abundancia de los leds de colores, sandalias Hermès y ferraris, fuentes embellecidas, y un entramado de aparatos de aire acondicionado que combaten durante ocho meses al año el calor del desierto. A pesar del bloqueo declarado por Arabia Saudí y Emiratos Árabes Unidos y de la actual crisis de la covid-19, el país sigue invirtiendo en su futuro, para cuando llegue el día en que las reservas de gas de gran pureza, el oro catarí, escaseen. Y ese futuro pasa por la educación, la salud y el deporte. Y la moda. Y el arte. De Harrod’s y Valentino a Van Gogh o el Mundial de Fútbol 2022. Se trata de comprar leyenda, calidad, experiencia, influencia.
Xavi se siente allí como en casa. Ha recibido críticas por publicitar la acogida, los medios y la tranquilidad que ha encontrado. No niega la mayor: derechos humanos, falta de libertad de prensa, de igualdad; también afirma que cada vez se producen mayores cambios. “El emir y la familia real son muy educados, cultos, cosmopolitas, detallistas… gente inteligente y nada caprichosa. Cuidan mucho la imagen y el respeto entre los diferentes clubs. Los veo muy humildes para lo que podrían ser”.
¿Aún no es el momento de regresar? Hay ruido externo, temas extradeportivos… No creo que sea ahora, no. En enero les dije que no era el momento, y ahora no me han contactado. Como culé les deseo lo mejor. Respeto mucho a Quique Setién, tiene un manual de juego muy parecido a lo que el Barça necesita, que es el cruyffismo, otra cosa es que los resultados acompañen. Yo estoy encantado de seguir adquiriendo experiencia, retándome, y por supuesto para mí sería un privilegio entrenar algún día al Barça, con un equipo de ensueño, con Jordi Cruyff, Carles Puyol y algunos jugadores actuales. Me gustaría hacer un equipo con gente válida que conoce la casa, gente de mi confianza y de mi cuerda.
¿Qué opina de la renegociación de Leo Messi, aunque solo sea por un año? Se lo ha ganado; cláusula automática. Messi necesita al Barça, y el Barça necesita a Messi. Tienen que hacerle feliz, porque con Leo Messi contento ganarán más títulos. Mantengo una gran amistad con él, le respeto mucho. Es un animal competitivo, siempre quiere ganar, y desde hace diez años es el mejor futbolista del mundo. Ojalá nos podamos volver a encontrar a nivel profesional. Tener al mejor jugador de la historia en tu equipo es tener un as para ganar.
¿Nunca se ha medido con él? Messi es mejor que yo, sin ninguna duda, no hay debate. Ha hecho lo de Pelé, Cruyff, Maradona, Ronaldo… pero durante 15 años y en la época moderna. Está a un altísimo nivel físico, técnico, táctico… y sigue siendo el mejor en cada partido.
¿Y cuál es su opinión del técnico del Atlético de Madrid, Diego Pablo Simeone, uno de los equipos que ha ido a mejor después del parón? Simeone está logrando una cosa muy difícil: transmitir a sus futbolistas una idea de juego que, aunque es muy diferente a la mía –y a la del Barça–, es igualmente válida. Por eso es el entrenador más longevo en los últimos años de la Primera División española. Al final, el entrenador es un vendedor de ideas para sus jugadores, y el que los convence obtiene buenos resultados.
El Barça de Pep Guardiola se desmarcó de la idea de que el fútbol es cosa de hombres, de dejarse los cojones en el campo… Pero, ¿sigue habiendo machismo en el fútbol? Aún hay machismo en el fútbol, sí; no deja de ser un reflejo de la sociedad. Pero, fíjate, el fútbol es además de los únicos deportes –y trabajos– donde se insulta al trabajador, ya sea a los futbolistas o al entrenador. Yo creo que tendríamos que parar esto ya. Es inadmisible, por ejemplo, que se insulte a un camarero al hacer su trabajo… No podemos admitir el racismo, ni el machismo, ni ningún otro tipo violencia, hay que erradicarlos parando los partidos automáticamente. El árbitro es el primero que tendría que decir: “Aquí no se juega porque no se dan las condiciones…”.
Xavi admite haber tenido una sensación de orfandad durante estos meses sin partidos. “Era muy aburrido, porque el fútbol me apasiona. Es una emoción poderosa, aunque he podido estar más tiempo que nunca con mis hijos. Hemos pasado las 24 horas juntos y nos hemos adaptado muy bien. Siempre he valorado lo que tengo, y más ahora. Soy un privilegiado, hago lo que más me gusta, tengo una buena posición pero también sé que el dinero no es tan importante. Hay que relativizar, nunca sabemos qué nos va a deparar el futuro”.
¿Hasta qué punto afecta jugar sin público? Desde luego no se ha visto un fútbol excelso, excepto el Villarreal-Barcelona, un partido de alto nivel. El resto no son encuentros que se recordarán. Incluso en la Bundesliga los partidos parecían amistosos, descafeinados. Un estadio vacío no le transmite nada a un futbolista. Al final, es la gente la que mueve la euforia del fútbol.
Asistente de fotografía: Sara Guillén. Realización: Gilbert Solsona. Maquillaje: Aboudy.hairandmakeup. Fotos: Getty Images.
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