Los jóvenes sobradamente preparados ponen rumbo hacia la Europa del cronómetro, donde aún existe el trabajo estable. Con la fuga de talentos, se refuerza más que nunca la sensación de tener que apretar el botón de pause. Aunque la idea de progreso implique confianza en el presente, la incertidumbre ha relanzado un término difícil de conjugar en tiempos verbales: la procrastinación. Lo cuenta bien Zygmunt Bauman en sus modernidades líquidas: procrastinar significa situar algo entre las cosas que pertenecen al mañana, también postergar la gratificación. La vida vivida como un peregrinaje, una manera de retrasar la presencia de una cosa posponiendo su aparición a fin de estar mejor preparados para comprender lo fundamental. Pero postergar la gratificación hoy ya no es sinónimo de virtud moral, sino el reconocimiento del lamentable estado de las cosas, según Bauman, «un obstáculo, una carga pesada que es un índice de la imperfección de los acuerdos sociales».
Es muy probable que a los nuevos emigrantes —a diferencia de sus predecesores, que emigraron durante la dictadura— sus hijos no los odien porque no hayan aprendido alemán ni sepan hornear un Apfelstrudel. Es más, su trayecto es de ida y vuelta, sin veranos en los que asombrar a los vecinos con objetos exóticos. Porque son piezas móviles de un engranaje, pastores trashumantes, exiliados económicos, temporeros con másters y cum laudes…, procrastinadores condenados a comer mucho pan negro.
..tu artículo huele a pan tierno, a horno de leña, a mañana sin abrir, a mantel blanco y mermelada de mora. Pan, pamtumacat y pamboli…..y la teva cara de ninona…per sommiar….BON PROFIT !!
Ingeniosa metafora el brot aleman sin duda, pero insuficiente retrato de una sociedad que se desangra de su mas valioso talento…..lo mejor de esta generacion atisba lejos de España su futuro. Fuera depositaran su talento y formacion. Fuera produciran progreso, riqueza y empleo. Mientras aqui nos quedamos, unos cada vez mas escasos cotizantes esquilmados a impuestos, observando indignados, el derroche de politicos, sindicalistas y subvencionados. Aqui nos quedamos tambien observando, indignadamente atonitos, el gran espacio mediatico dedicado a otro grupo de indignados, ocupantes ilegales de espacios publicos y que han focalizado tanto, tanto, tanto, sus esfuerzos durante años en desconocidas facultades, que no les permite emigrar a Alemania ni como ingenieros ni como nada, solo les faculta para ser indignieros de comisiones, flautas y greñas, mientras otros buscan trabajo. Gracias Joana por no olvidarte de estos otros indignados, que se manifiestan emigrando en busca de un pais mas serio, riguroso y justo.