El mundo siempre avanza a distintas velocidades. Mientras algunos seguían empeñados en ver fantasmas en su guardarropa, esta doctora en Derecho apoyaba a Michelle Bachelet para que tomara el mando del nuevo órgano ONU-Mujeres, cargo en el cual se estrenará en enero del 2011. Su principal misión es la de asumir los Objetivos del Milenio referidos a la igualdad, que, hoy por hoy, parecen inalcanzables. Inés Alberdi, al mando de Unifem, entidad que se integrará en la que dirigirá Bachelet, aplaudía esta noticia e informaba de las serias dificultades que había tenido para implementar los compromisos de igualdad: «En parte debido a una financiación insuficiente y en parte porque no había un motor único reconocido». Este ha sido uno de los últimos legados de la vice que, en su lealtad, nos intentó vender a Zapatero hasta el último minuto: quién si no él es la persona más informada en este momento, con más papeles y más preparada para abordar esta gran crisis, me dijo poco antes de la mudanza. Zapatero la despidió con dedicatoria, pero sin duda fue superado por uno de sus más difíciles y distantes interlocutores, el cardenal Rouco Varela, quien le agradeció una virtud cada día más escasa en política: su sensibilidad.
La vice: genio y figura
Casi siempre había luz en su despacho. Iluminado, amplio y ordenado, hacía años que obligatoriamente se había liberado de la humareda de tabaco rubio («una de las mejores cosas que he hecho en el plano personal durante estos años de gobierno», me confesó hace pocos días, durante una breve entrevista, en su tresillo ministerial). Lucía el entrecejo descansado, la energía en las manos, e iba enfundada en su habitual y explosiva mezcla de colores. De ahí que enseguida comentáramos los aspavientos que provocaron sus pantalones en el pasado desfile de la Hispanidad. Además de la princesa Letizia y de Carme Chacón —habituada ya a esos rancios escándalos—, Fernández de la Vega fue amonestada por romper el protocolo al no llevar falda, asunto que de nuevo desató otro debate artificial en los medios. Me contó que se había visto transportada 35 años atrás, a punto de entrar en una sala de vistas con pantalones y toga, cuando un inspector judicial de magistratura le llamó la atención por vestir dicha prenda. «¿Yo? —le respondió—, pero si voy elegantísima y discretísima». Y entró. En 35 años, este país se ha sacudido polvo, caspa y pensamiento mágico, pero en cambio el protocolo sigue siendo machista. Como lo es la mirada hacia aquellas mujeres que ejercen el poder y no esconden su feminidad. Lejos de uniformizarse y hacerse invisibles, mantienen su estilo aunque absurdamente eso implique un aquelarre. En sus seis años de gobierno, el asunto del vestuario ha perseguido con carcundia y maledicencia a la primera mujer que más poder real ha tenido en la historia democrática de España.
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Aunque, últimamente, se la veía cansada…De hecho, si echas un vistazo a fotos es la que más a envejecido. Se merece un gran aplauso de todas las mujeres. Su labor al frente de este gobierno ha sido encomiable y muy brillante.
Creo que Zapatero ha echado a la más trabajadora de todas. Tenía mi respeto…yo creo que no era prescindible. Política:(
como siempre las mujeres terminamos haciendo la colada, es le leche
Por supuesto, haciendo el curro de los tios, el trabajo sucio y… al final… menos mal que a esta le van a dar un retiro digno, o eso parece, en tiempos te mandaba a un convento
La verdad es que podrían haber cambiado a Gonzalez Cinde , unicamente salvada del cien por ciento de la desaprobación, por su digno comportamiento frente al tristemente célebre alcaldecillo león de la riva. Pero mi nada afilada intuición, me revela, sin embargo confiable en esta ocasión, que no es la peor noticia para Mª Teresa contar con un tiempo de reflexión, de descanso, y aprovechando que dejó de fumar, u poco de tiempo para descubrir y cobrar nuevas aficiones gozosas.